martes, abril 18, 2006

Cahuita

Bicicletas, población negra con rastas, calles sin asfaltar, casas de estilo colonial, comida caribeña, reggae, marihuana... Así es Cahuita, un pueblo del caribe costarricesnse al que el turismo no ha cambiado. Allí se puede perder un alemán con mochila y canas, una pareja de catalanes pueden montar un hotel y un mono capuchino puede robarte tu comida.
La costa se extiende enmarcada a un lado por el Atlántico y al otro por la espesa jungla. Un sendero conduce al caminante para sorprender a cangrejos azules, simios, y encontrar pequeñas playas solitarias.

Más allá del escrupuloso cuidado del Parque Natural, queda patente que el Estado costarricense sigue sin invertir en la zona caribeña, pese a ser un punto importante de atracción turística. Los habitantes de esta región ven como sus carreteras están hechas un desastre, sus servicios públicos son escasos y la prosperidad no florece.
De forma más profunda, la zona equivalente de Nicaragua es la más deprimida del país, así como la considerada más peligrosa. No Nos Tientes aboga por la cohesión social y la vertebración solidaria en estos países, para que la prosperidad no se concentre en determinadas regiones y la miseria en otras.

Pese a todo, hay quien huye de Barcelona o Stuttgart para ser dichoso en Cahuita.

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