viernes, septiembre 01, 2006

ENTUSIASMO

"¿Qué hace un líder político democrático, de calado internacional, reuniéndose con ese personaje corrupto y responsable de terrorismo de Estado?". NNT cree que eso pensaron algunos en España cuando vieron a Mahmud Ahmdineyad, presidente de Irán, junto a Felipe González. Pero, ¿quién era quién?
No seamos malos. Si el señor González aparca un rato la orfebrería y el delirio para dedicarse a hacer de mediador en crisis nucleares, a nadie le puede molestar. Dicen que lo llamó el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní: qué agenda telefónica tan completa la de ese ministerio. Sería que encontraron el listín del que era ministro allá por 1988 en algún cajón y pensaron: "Vamos a llamar a las mujeres guapas, y a algún estadista, a ver si no han cambiado de número".
En lo que González tiene razón es en que Israel ha perdido en la crisis militar con Líbano. De momento. Ahora que las tropas del Reino de España van a comandar una de las regiones administradas por Naciones Unidas, todo puede pasar. "No te fies de un legionario español en Líbano" es un viejo dicho popular árabe. Y menos si es legionario de Cristo, como Ana Botella, quien podría ofrecerse a ir a animar a las tropas con un buen show, ahora que Marta Sánchez está más seria.

George W. Bush y Mahmud Ahmadineyad parecen competir por hacer el discurso más disparatado retransmitido por televisión. Se contraprograman en busca de la primacía de la agenda global. Uno a través de CNN y FOX NEWS, en un acto con militares; otro, más campechano, en la televisión persa, rodeado de multitudes. Dicen cosas tan parecidas, que al cambiar de un canal a otro, te lías y ya no sabes si Irán va a sancionar a Estados Unidos por tener tantas bombas nucleares, o si Estados Unidos amenaza con destruir algún país de Oriente Medio bajo excusas divinas. O tal vez sea exáctamente así.

La política internacional es tan complicada, que deberíamos preocuparnos por el descarado pacifismo del Partido Popular: ¿qué es eso de mandar tropas españolas al exterior tras su aprobación en el Congreso?
Tranquilos, que van a reconstruir. Si es que todo lo que se salga de la albañilería castrense, a Acebes y compañía no les gusta...

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