sábado, enero 20, 2007

Una serie de trágicos éxitos

Nacho Vegas defendió lo mejor de su repertorio ayer en el teatro club Oasis, en Zaragoza, España. El cantautor que quiso nacer en Estados Unidos logró que la hora y media que se dilató sobre el escenario no se convirtiera en un aburrimiento inapropiado para un viernes noche, especialmente en la segunda parte de su concierto, cuando el público comenzó a responder a los efectos del alcohol y la marihuana consumida hasta el moemento.
Un espectáculo en clave acústica y exento de discursos, presentaciones y monólogos. Sólo canciones inacabables, sin rima ni altibajos, pero con un encanto nacido de la seguridad de la muñeca que las redacta.
Antes, el artista Bigott, un Lou Reed de la depresión del Ebro, lidió como telonero con entereza, y se marchó silbando ante un público despistado.

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