Integrismo borbónico

El semanario satírico español El Jueves continúa secuestrado y su págiba web clausurada. Una simple caricatura de los Príncipes de Asturias ha sido suficiente para que al fiscal general del Estado, Conde-Pumpido, y el juez Del Olmo pusieran en marcha el engranaje represor contra la libertad de expresión que permite la ley cuando de la familia real se trata.
La libertad de expresión es un principio fundamental de cualquier democracia, y eso debe incluir la crítica y la burla del jefe de Estado o herederos.
Si España comete la torpeza de convertir la monarquía en una teología y sacralizar a sus representantes, volverá a la Edad Media. La Revolución Francesa se hizo para algo, por ejemplo, para comprender que nacemos iguales, te llames Borbón o García. Si una mayoría de españoles desea una monarquía constitucional, de acuerdo. Pero sin censuras propias de Marruecos o Arabia Saudí. Los Borbones no son deidades, ni césares, ni faraones. La opinión pública debe conformarse con toda la información posible sobre los actos, conductas, financiación, etcétera relativos a la casa real. Sin excepciones. De lo contrario, no es una democracia completa. No es admitible que el rey sea "irresponsable". Se le debe poder juzgar. Y criticar.