Bayrou seduce a Azúa

Uno de los intelectuales más brillantes del panorama español, Felix de Azúa, ha cumplido con el tópico que todo intelectual español debe expresar ante Francia desde el siglo XIX. Eso de que los franceses son más maduros políticamente, más comprometidos, sus élites poseen más sentido de Estado... Más o menos.
Una cosa es cierta: han votado de una forma masiva.
Azúa, según su artículo publicado hoy en El Periódico, se deja seducir por el candidato de centro derecha Bayrou. El admirado Azúa ha caído en la trampa del candidato procedente del poder (ha sido minsitro) y de derechas (ahora se llama centro)que se presenta como la novedad inmaculada, práctica y posideológica.
Por otro lado, se lamenta de que en España las ideas no se escuchen sobre los insultos y de que no se haya superado la lucha ideológica izquierda-derecha, a diferencia de lo ocurrido en Francia. Azúa, que sufrió lo que ahora llama "enfermedad infantil del comunismo", acierta si observamos cómo ha discurrido la campaña electoral. Efectivamente, ha estado escorada claramente a la derecha: inmigración, seguridad, identidad nacional... Hasta la candidata socialista, Royale, se ha presentado como una política sin ataduras de partido, renovadora, al estilo Blair o Zapatero.
Pero eso no significa que la ideología de izquierda ya no sea pertinente. Por decirlo de otro modo, aunque la campaña se hubiera escorado al leninismo, eso no invalidaría el contenido positivo que encierra el liberalismo.
Las clases sociales han cambiado, pero no desaparecido. El enfoque crítico de la izquierda puede ser válido, así como su potencial para generar soluciones atrevidas, eclécticas, democráticas, participativas, integradoras. Soluciones que no teman a los ciudadanos, sino que cuenten con ellos e incluso partan de ellos.
Sarkozy juega duro, pero no ha dicho nada nuevo. Royale es confusa. Bayrou, una trampa. La extrema izquierda, inmadura. Le Pen, fascista. ¡Que vuelva la Francia de 1789!