BESTIARIO ARAGONÉS:

El buitre leonado: Querido por Gobierno y ecologistas, pero falto de alimento en forma de cadáveres, se acerca malicioso a los rebaños provocando un pánico mortal a las ovejas. Incomprendidos, se les ha visto recientemente sobrevolando las tierras de Flandes, en Bélgica, poniendo a prueba a los peligrosos nacionalistas flamencos.

El siluro: Un monstruo acuático que habita los grandes embalses de Aragón. Acojona pensar en él si vas en una pequeña barca intentando pescar algún pececillo. Grande, feo, los pescadores deportivos lo persiguen como a Moby Dick.

El bucardo: Cabra pirenaica extinguida. Su desaparición fue un drama. Ahora, unos científicos inspirados en Parque Jurásico quieren poner el ADN de un ejemplar disecado en el óvulo de una cabra. Estaban a punto, pero… la administración les retiró la financiación.

El oso: Los osos pardos que andan por el Pirineo también son inmigrantes, generalmente eslovenos, por tanto, ex comunistas. Los ganaderos no los soportan, porque de vez en cuando se meriendan una oveja. Lo mismo se pasean por Francia que por Aragón, y cada avistamiento levanta más expectación que un Ovni.

El mejillón cebra: Inútil para comerse al vapor, se reproduce de forma imparable invadiendo el Ebro, el Canal Imperial y los pantanos. Los científicos buscan la manera de aniquilar a esta primitiva forma de vida, que ataca a la fauna autóctona sin piedad, y que es capaz de convertir la Expo 2008 en su parque de atracciones particular.

Las cotorras: Especie tropical afincada en Zaragoza, se ha hecho fuerte en el parque del Tío Jorge y no deja vivir en paz al resto de pajaritos. Los vecinos están hartos y temen que estas aves, junto con el cambio climático, hagan del jardín del barrio una selva amazónica con jaguares y anacondas.