Antes de la cena
Nunca te acuestes con un recurso literario, dijo. Demasiado tarde, pensé. En la adolescencia pasé una noche con una sinécdoque y hace no tanto tiempo acabé borracho en casa colgado de una anáfora. Y juro que nunca me han gustado las anáforas.
De acuerdo, contesté. Abrimos la cerveza que servía de vermú, mientras ella ultimaba la cena. He acabado el guión, comenté. El gato pasó corriendo entre mis piernas. Me sobresalté y unas gotas de cerveza se posaron en mi camisa. Bien, mándamelo un día para que lo pueda leer, expresó sin convicción. ¿Te he dicho que nos vamos a la costa un tiempo?, añadió. No, dije. Sí, nos movemos a una casa cerca del mar. A mí me vendrá bien para escribir y descansar, y a ella también, porque la atmósfera aquí está un poco cargada. Asentí en silencio. La cena está lista, pasad al comedor, anunció. Nos levantamos con nuestros vasos casi vacíos en la mano. El gato saltó al sofá y me miró. No tenía mucha hambre. Todavía eran las nueve.
1 Comments:
Se va la insipiración?
Te sirve una metáfora?
te la doy
Publicar un comentario
<< Home