Líbano
La primera vez que conocí a alguien de origen libanés fue en Amberes, aunque era un ciudadano de París (Jean Paul es grande). La segunda, fue en Belgrado, pero, curiosamente, era un libanés que vivía en Amberes. Una vez cerrado el círculo me pude ir a dormir. Por desgracia, el libanés roncaba.
Si sigo así acabaré como Maruja Torres y eso sí que no me lo pienso permitir.
Etiquetas: Amberes, Líbano, Maruja Torres
2 Comments:
Las libanesas están buenas.
well... perhaps was it the same person... ;)
how are you Mendo!
miss you man.
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