PÚBLICO

NNT saluda la llegada de un nuevo diario a los quioscos españoles: Público.
Esperemos que les vaya bien; que puedan generar empleo para muchos colegas periodistas; que los españoles lean más periódicos; y que traten de hacer un periodismo digno y valiente.

Han pasado pocos días desde el estreno de Público, así que quizás no sea prudente hacer una crítica profunda del medio. Hay que dejar que se rueden y vayan ofreciendo aquello de lo que sean capaces.

Aunque, por lo visto hasta ahora, se parece más a un diario gratuito que a uno convencional. Quizá por eso cuesta la mitad.
Mucha Suerte.

"You can't see tomorrow with yesterday eyes"

Ryan Adams en el álbum Jacksonville City Nights.

IRÁN

"He oído que algunos estilos [de música], no el propio rap sino el heavy metal y algún otro, con el uso de alucinógenos llegan a provocar que mientras se conduce a toda velocidad [los jóvenes] abran las ventanas o las puertas y salten por ellas".

Declaraciones del ministro de Cultura iraní, Mohamend Hosein Saffar-Harandi, a la periodista Ángeles Espinosa, publicadas en el diario El País el pasado viernes.

Bien. Es difícil escuchar cosas interesantes de los ministros de cultura de cualquier país, pero en Irán es diferente. Sin duda, parece un hombre que conoce de primera mano los diferentes esilos musicales, sus intérpretes, características, y que está absolutamente conectado y abierto al mundo de hoy. Ya es hora de que alguien señale con nitidez los estragos que causa la música, la epidemia que suponen algunos tipos de rock, capaces de sorber el cerebro a los jóvenes y lanzarles a un delirio de drogas y autodestrucción.

En Madrid, por ejemplo, son muchos los chicos y chicas que se tiran desde vehículos en marcha a toda pastilla, mientras los altavoces escupen temas de ACDC. Es rara la noche que no encuentre un buen número de cuerpos inertes de jóvenes con pelo largo y chaquetas de cuero que se han arrojado al asfalto empujados por un cocktail de alucinógenos y Metallica.

César Antonio de Molina, a qué esperas para aprender de tu homólogo persa.

MOSTAR

Símbolo de las guerras de los balcanes. Atacada sin piedad por serbios, primero, y croatas, después. Su mítico puente cayó a la vez que la dignidad de quienes quisieron repartirse Bosnia para saciar sus delirios nacionalistas. La llamada comunidad internacional lo permitió. Luego, reconstruyó el puente y ha ayudado a fomentar el turismo en esta pequeña ciudad en que la que las huellas de la guerra no son huellas todavía.

Líbano

La primera vez que conocí a alguien de origen libanés fue en Amberes, aunque era un ciudadano de París (Jean Paul es grande). La segunda, fue en Belgrado, pero, curiosamente, era un libanés que vivía en Amberes. Una vez cerrado el círculo me pude ir a dormir. Por desgracia, el libanés roncaba.
Si sigo así acabaré como Maruja Torres y eso sí que no me lo pienso permitir.

Todo empieza y acaba en los Balcanes

Al amigo Gavrilo no se le ocurrió otra cosa que matar a Francisco Fernando en Sarajevo allá por 1914. Así empezó la Gran Guerra en Europa. Considerarse serbio siempre ha sido motivo más que suficiente para organizar granes acontecimientos. Hoy tiene una calle en Belgrado. ¿Qué nos dice esa mirada? Muchas cosas, por ejemplo...

Sarajevo

Todo un símbolo. Cerca de la estación de ferrocarril de Sarajevo se mantiene en pie esta vieja valla publicitaria de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984, cuando la ciudad era un ejemplo de convivencia multicultural. Hoy, el cartel permanece oxidado y agujereado por los proyectiles de la guerra. Pero Sarajevo es de nuevo esa ciudad con nervio que organizó las olimpiadas. La armonía parece posible de nuevo entre sus encantadores habitantes y sus calles se mueven de nuevo al ritmo de la vida.

La "belleza" de los barrios del proletariado nos recuerda la importancia del urbanismo y la recuperación del espacio público como base de una revolución cívica del modelo social.
Zadar, Croacia.