El presidente estadounidense George W. Bush y los senadores que pretenden criminalizar a los inmigrantes se han topado con un duro e inesperado enemigo: una niña de 12 años de origen guatemalteco.
Margarita Rodríguez espera cita en la Casa Blanca, adonde pretende llegar con un millón de firmas bajo el brazo en contra de la ley HR4437, más conocida como “antimigrantes”. Hasta ahora calcula en unos 50,000 el número de apoyos que ha recogido. “Ha ido todo muy bien”, señala Margarita.
Ha ido tan bien que Margarita ha cambiado su rutina de colegio y juegos por apariciones en televisión, radio y entrevistas en periódicos. El último episodio de su vida como estrella mediática ha sido desplazarse a Miami para participar en la telenovela Tierra de Pasiones, donde “hace lo mismo que en la vida real”, precisa su madre, Blanca Rodríguez, “recoger firmas”. Rodar entre famosos no amilanó a Margarita: “Estaba un poco nerviosa, pero también entusiasmada”.
Todo empezó el pasado 22 de febrero. “Escuché a mis papas hablar sobre la ley y pensé que tenía que hacer algo contra esa injusticia”, recuerda. Entonces, Margarita escribió una carta a Bush para defender los derechos de los niños nacidos en EUA de padres inmigrantes y pedir la residencia para los trabajadores llegados de fuera. “Le dije que era peligroso meterse en política, y temía por mi situación”, explica su madre, “pero cuando leí la carta me cautivó el corazón”.Desde entonces, miles de corazones se han unido al de Margarita. Cientos de miles de personas se manifiestan estos días a favor de los derechos de los inmigrantes y contra el muro. La familia Rodríguez está presente en ellas, donde sigue recolectando firmas.
La carta se puede leer en la página web de la abogada Jessica Domínguez (www.jessicadominguez.us), y allí se puede firmar y dejar mensajes de apoyo.
Historia de superación
La vida de Margarita no ha sido fácil, pero es un ejemplo de superación. A los cinco años le diagnosticaron una rara enfermedad que afecta a su crecimiento. Sin embargo, a los siete años fue “Ángel por un día” por el Departamento de Policía de Los Ángeles, lo que le permitió conocer las estaciones y academias de policía y bomberos.
Sus padres, Blanca y Fernando, se casaron hace 16 años en Chiquimula, Guatemala. Fernando se fue a Los Ángeles, pero su esposa no tardó en reunirse con él.“Fue mi primer novio”, confiesa. Llevan 15 años en Estados Unidos y su situación es legal. Él trabaja en una empresa de limpieza y ella cuida de una ex gimnasta que se encuentra en silla de ruedas. Mantienen dos hijos: David, de tres años, y Margarita, de doce, quienes nunca han estado en Guatemala, aunque conservan el castellano. Han pasado de ser una familia discreta, trabajadora y religiosa a ser un modelo de activismo social en un tiempo en que la lucha por los derechos civiles ha vuelto a las calles norteamericanas. Esta vez, con rasgos latinos.